La Nochebuena se viene...

Después de haber estado una semana y pico malo con fiebre y malestar general y después de que se me acumularan todos los exámenes del final del trimestre en la última semana, la Navidad entra plenamente en este 2009 que se termina para dar paso al nuevo año. Porque para mí, la Navidad empieza oficialmente cuando a las nueve de la mañana del 22 de Diciembre arranca la ilusión de todo un país por mismo sueño: convertirse en los afortunados que han conseguido los 3.000.000 del gordo de la lotería. Éste año, como los catorce anteriores, no ha habido suerte. El año pasado falló el número del medio para adjudicarnos el gordo mi familia y yo, y éste, repitiendo boleto, la suerte ha estado más de espaldas que nunca. Ni un eurito ha caído. Ni una participación. Ante ésto, el tópico que no miente de que mientras tengamos salud, el dinero no importa, aunque si ayuda. Me conformaré con disfrutar al ver en el telediario a los agraciados madrileños celebrándolo. Bendito 78.294.

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Ahora viene la Nochebuena, quizá mi fecha preferida durante todo el año. Los años pasan pero en la familia de mi madre seguimos teniendo la tradición de reunirnos todos -siempre había sido en casa de mi tío o en la de mi abuela, pero desde 2007 lo hacemos en el campo de la tía de mi madre- para, primero comer y beber y luego para que mi tío saque su guitarra y nos quedemos hasta altas horas cantando villancicos tradicionales y canciones navideñas en general, así como chistes, bulerías, fandangos, tanguillos... lo que se encarte. El objetivo es pasárnolos bien y hacer de cada Nochebuena una noche nueva, diferente e inolvidable. Disfruto cada una como si fuese la última, pues en la familia de mi madre aún no hemos perdido seres queridos, al menos desde que yo existo y la Navidad se hace con todos al completo. La disfruto porque sé que cuando alguien falte la cosa no será igual, y porque sé que a lo mejor cuando yo sea mayor no tengo la suerte de vivir Nochesbuenas como las que vivo ahora. Sé que cuando sea adulto me entrará la nostalgia al recordar estos tiempos y los villancicos que cantamos pasarán por mi cabeza y no podré evitar emocionarme. Sé que cuando recuerde el Estaba Santa María, uno de los que más me gustan, me acordaré de mi tío tocando la guitarra y todos cantándolo al compás de los demás instrumentos, quizá estaré cenando en una Nochebuena que solo se limite a ser eso, una cena en familia. Por ello sé que pasado mañana valoraré todo lo que hago y me lo pasaré tan bien como cada año, ya que es una fiesta que depende mucho del estado emocional de la familia y del paso del tiempo. Feliz Navidad a todos.

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